lunes, 31 de agosto de 2009

María de mis amores

Hay amores que esparcen
Su polen de luz multiplicados
Irradiando al ser tocados
Los más bellos resplandores.



Compañera inseparable de caminos
Que puso el tiempo entre mis manos
Para salvar el ritmo de mis días
Entre tanto creces y maduras
Es más tierna la ilusión que abrigan
Mis brazos cuando te sostengo
Tus labios cuando me acarician

Mas fuerte aún que los abismos
Pasajeros que al vivir hallamos
Escondidos cual perenne prueba
Cada instante vernos sometidos.

Aquejados de continuas pruebas
Nuestro amor se crece en valentía
Puede la vida probarnos reticente
Hallara cada mañana la alegría
De enfrentarnos a los retos sonrientes

Constructora de todos mis caminos
Hacedora de amor en cuanto tocas
Vas sembrando de ilusiones el destino
Cobijando de amores nuestra dicha

Dios te guarde en salud y sencillez
De hermosos sueños te bendiga
Cada instante compañera de mi vida
Gracias por tu amor a toda prueba.

Aquí estoy

Como lidiar con los problemas ajenos que se nos presentan a diario si no estamos preparados para poder dar solución a los nuestros.
Significa esto que no podamos ocuparnos de apoyar a otros que pasan por momentos que no son agradables, para nada. Significa que otros tienen asuntos más apremiantes o son más débiles en ciertos aspectos que confrontan en sus vidas y es necesario disponer de nuestras reservas de amor y compresión y porque no, de la propia sabiduría que por diversas situaciones la vida nos ha dado, para ayudarlos y fortalecer, con nuestras palabras y acciones esos momentos que a todos en la vida nos llegan.
Desprendernos un poco de ese girar en torno a nosotros, abre un campo de posibilidades magnifico, donde escuchamos al otro, que no deja de ser un yo desde su propia perspectiva y juntos construimos áreas de serenidad y confort que alivian un poco las penas.
Cuantas veces no ha sucedido que ante eventualidades del vivir, buscamos a tal o cual persona, que con palabras calmadas y sabias nos hace meditar y aceptar los senderos inevitables por los que transitamos. Un brazo sobre el hombro, una palabra de cariño, una sonrisa compartida, una oración a un único Dios aunque ambos lo vean desde sus respectivas culturas, un café con o sin azúcar, y hasta una lagrima que moja las mejillas de ambos, reconfortan y animan, desde el fondo de cualquier dolor, de cualquier sufrimiento.

Llorare tu llanto y lloraras el mío, junto seremos las riveras de un rió si es preciso llorar, y después como hermanos que la vida quiso en su dolor unir, cantaremos nuestras penas para que las escuche el viento a sabiendas que el amor soldó para siempre nuestros sentimientos haciendo de una pena la pena de los dos, haciéndonos fuertes para vencer a pesar de todo.

Paz




Si te entregas al poderío, al poderío de los verdugos, verás a tu sombra reflejada en los dolores.
Los colores se confundirán, te escupirán en la cara
Te tirarán las ropas, te tallaran el rostro
Jamás te darán amor!
Los verdugos rompen, los verdugos arrebatan
No para tratarte bien, nunca para gustarte, pero para herirte. Para magullarte, para dejarte a “cero” de conciencia, de inocencia, de sentimiento.
Alguien sin sentimiento es alguien que no piensa en si mismo, y no pensando en si mismo no tiene condiciones o capacidad para pensar en nadie más.
No consigue construir, no consigue desarrollo, no consigue el verdadero cariño, no consigue apoyo. Se queda solo en soledad a oscuras y desesperado. Intenta salir de pozo pero no consigue. Se queda sin PAZ y sin paz nadie construye.

Si te entregas a los verdugos puedes perderte y acomodarte en el sufrimiento. Querer sufrir es ser masoquista. Tener gusto por el sufrimiento es locura.

Si te entregas al poderío de los verdugos desechas tu cuerpo y como si no bastara desechas tu alma. Tu alma es tu espíritu, cuida de ella con el mayor celo y cariño. Es todo lo que tienes.

Si te entregas a los verdugos amputas tu capacidad de “ser persona, ser gente”.

Si te entregas al poderío de los verdugos pierdes tu infinita belleza de “ser hombre”.

Los verdugos son tus caídas y tus levantares, tus desorientaciones. Son tus desesperos y egoísmos de seguir en ellos. Tus verdugos son tu falta de paz.

Busca solamente aquellos que te quieren porque es simple y fácil encontrar quien no te quiere. Busca primero dentro de ti para después buscar fuera una compañía.

Dos seres solamente deben crecer, solamente deben construir. Jamás autodestruirse. No te quedes en teorías – actúa. Mismo que te hieras actuar. Si es para mejor, para tu construcción – actúa.

La recompensa será siempre la paz, venga ella de dónde venga.