(1) . Jorge Luis Borges.
Este texto es de Michell Pérez Acosta, amigo y colaborador de este espacio. Pueden leer más de su trabajo en http://deconstruyendomiherencia.blogspot.com/
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La historia enseña que el origen del volantín se debe a un general chino de nombre Han Sin, en el año 200 antes de Cristo, y su difusión fue tan popular en oriente que el calendario chino le dedicó el noveno mes del año.
En Europa, la cometa ya era conocida en el siglo XVII,.
Según algunos historiadores, sus primeras apariciones en Chile fueron a fines del siglo XVII durante la colonia, cuando jóvenes sacerdotes misioneros, principalmente monjes benedictinos, competían entre ellos como con otras congregaciones. Era esa la época en que reinaban los famosos "pavos", llamados también"jotes", que alcanzaban dimensiones de cuatro a cinco metros por lado y que necesariamente debían ser sujetados por varios hombres. Se afirma que don Ambrosio OHiggins fue un cultor destacado de este juego, lo que indiscutiblemente ayudó a ampliar su difusión.
Pero la afición provocaba muchos alborotos y debido a las reyertas que producían en su ejecución, fueron dictados mandos que normaron el juego. Tal es el caso del bando dictado por el gobernador don Luis Muñoz de Guzmán, en 1796, que ordenaba que no se podían encumbrar volantines "dentro de la traza general de la ciudad", pudiendo hacerse, sin embargo, en cañadas y orillas del río donde la espaciosidad permite el libre uso, sin el menor riesgo de esta diversión.
Los volantines provocaban daños en las techumbres de las viviendas. Esta medida se tomó debido a los accidentes y heridas que sufrían los transeúntes cuando un volantín echaba abajo una teja.
Se dice que en los predios de la cañada alta, a menudo encumbrando volantines los presidentes, desde Manuel Bulnes a José Manuel Balmaceda, quienes participaron inaugurando los concursos de volantines.
Este juego tradicional chileno incluso se transformó en motivo de apuestas y peleas. Era una pasión popular que encantaba a toda la sociedad.
Famosos eran los "chupetes", volantines sin cola. En escala menor estaban la "ñecla", "la cucurucha", el "chonchón" y la "cambucha" que eran o siguen siendo los hijos pobres del volantín.
A través del tiempo el interés por los volantines ha disminuido, en relación con los cientos de cultores que tenia en el pasado. Pero aun así logra mantener su especial y tradicional encanto.
Para encumbrar el volantín hay varias medidas que se deben considerar , pero sin duda la más relevante es la prohibición de usar el "hilo curado"(mezcla de vidrio molido con cola que se preparaba para pasar el hilo del volantín en competencia y que hasta ha provocado la muerte de personas)
Parte de la información se obtuvo desde
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Desde que me hice tierra
Sangre, sudor, brillo
Enarbolastes los signos en mis adentros dormidos
Desde ese cándido beso
Sellando pensamientos
Se manifestó un fundamento
Poblando mis sentidos …
Tu palabra se aposentó en la corriente
De mis acordonados sentires
Por donde viajaron mis pasos y mis ojos renacidos…
En la barca de misterios
Navegaban mis sueños escondidos
Por el camino que tu palabra
Sembraba hasta mi destino….
Las cuerdas de la vida ensamblan
Diferentes pasillos … y allí nada prepara
Para saltar sus vacíos…
Por donde que ahora vea no encuentro sentido
En medio de estas hilachas
Por donde mi ser descarna aparente talento y motivos…
Tu palabra se me quedó perdida
por esos recónditos senderos
Nunca he encontrado sus signos…
A tajo abierto la vida
Marcó mi paso de niño…
Así transito esta senda
Desesperada buscándote lejos de este olvido
Lejos de esta prisión de dolores y martirios
Que se haga realidad esa palabra
Que declaraste al verme abrir los ojos
Y bendeciste sus brillos…
¿En dónde se perdió esa verdad?
Que me tiene en esta vida
Desatadas de tus manos
Perdidos están sus fundamentos
Y esta deshilachada sangre
Sigue corriendo despoblados caminos…
No puedo encontrar tu palabra
Que vanamente sembraste en mi recorrido…