
No acumulé odios
Solo un desprecio
una ligera sensación
un escozor profundo
que no logro ahuyentar
Un degenerado sentido
de abandono
olvidando los detalles
No saber que color
tenia mi cuarto
cuantos vidrios rotos
cuantas persianas clausuradas
Oír en la noche la libertad
que ofrecía una radio
de onda corta
Otros vieron la oscuridad
de la cárcel
la podredumbre de las gavetas
la silenciosa noche
de la muerte
Destellos de la memoria
prófuga.
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